De la viña a la mesa, y también al cuerpo. El vino continúa demostrando sus numerosas propiedades, una de ellas su carácter antioxidante, un elemento que le da un valor añadido en el mundo de la cosmética para combatir el envejecimiento y favorecer el rejuvenecimiento de la piel de una forma natural.
Es la apuesta de dos jóvenes emprendedoras gallegas, Patricia Rodríguez y Sofía Ferreiro, artífices de una crema facial (salió hace un año al mercado) y un jabón, más reciente, elaborados con vino tinto, con la que buscan cambiar el concepto del vino para llevarlo al ámbito del bienestar (vinoterapia), todo ello, en un momento en que la comarca del Ribeiro -Denominación de Origen- está realizando un centro de vinoterapia que podría dar un giro de 180 grados al sector vitivinícola.
La acción antioxidante de los polifenoles del vino es efectiva contra los radicales libres del oxígeno (RLO), causantes tanto del envejecimiento como de otras patologías que afectan al organismo y poseen hasta cincuenta veces mayor acción antioxidante que la vitamina E y treinta veces más que la vitamina C, según los expertos.
Después de un periodo de estudio y pruebas de «ensayo y error», estas dos mujeres confían en poder «darle una vuelta completamente distinta» al vino, hasta ahora valorado en la enogastronomía conjugando «tradición e innovación» a partes iguales.
Sin desvelar la composición, entre sus señas de identidad está la «alta» presencia de «antioxidantes» en su producto, provenientes de la piel de la uva, lo que les ha permitido «activar» dichas propiedades hasta su máxima expresión.
A diferencia de cremas elaboradas a partir de pepitas del vino o aceite de uva, sus productos utilizan «directamente el vino ya fermentado» que hace que la materia prima «sea más potente», debido a la mayor presencia de polifenoles, que, además de combatir los radicales libres, responsables del envejecimiento cutáneo, estimulan el metabolismo de la piel y regeneran las células muertas de la epidermis.
El resultado final, aseguran, es un producto un «98 por ciento natural» -en el caso del jabón 97 por ciento- de tono ligeramente morado y tacto suave que «enamora», orientado para pieles maduras. «De treinta hacia arriba, tanto hombres como mujeres», precisa Rodríguez y, todo ello, en el rural. «Estamos muy contentas de que el proyecto haya salido adelante ya que es una apuesta personal, por vivir el rural; familiar -porque supone seguir con las tradiciones de nuestros abuelos- e innovación, ya que evidencia que se puede emprender», apuntan estas dos jóvenes en una entrevista concedida a Efe.
Como curiosidad resaltan que hasta el momento han tenido más compradores «hombres que mujeres», especialmente, en Italia. A ello hay que sumar el interés despertado en clientes de Estados Unidos, Latinoamérica, Australia, Nueva Zelanda o Canadá, quienes todavía tendrán que esperar dado que la logística «es limitada», explican. Pese a que no pueden competir con grandes marcas, este producto busca consolidarse en el mercado, aprovechando su localización, en el corazón del Ribeiro, donde se asienta una de las denominaciones de origen más antiguas. Para su comercialización, utilizan la venta online y también la distribución en puntos directos, a través de la empresa de Leiro, que se encarga de su distribución en España y puntos de venta, principalmente en Galicia.
Por el momento, han sacado unas mil unidades al mercado, a partir del vino que ellas mismas elaboran en los viñedos familiares que tienen en Leiro y que destinan a consumo propio mientras continúan trabajando «en otros dos productos», un contorno de ojos y un sérum facial con el que esperan cerrar «la línea facial».
Gracias a su tesón y arduo trabajo, las dos miran al futuro con optimismo. La creación del primer spa de vinoterapia de Galicia en el monasterio de San Clodio, en Leiro, dentro de la apuesta por el sector vitivinícola, podrían suponer el espaldarazo definitivo a su trabajo, con la puesta en marcha de este nuevo espacio que utilizará «productos derivados de la uva y del vino» para promover tratamientos termales. Todo ello, en un momento de innovación en esta comarca donde además de las cremas faciales también están profundizando otros creadores en el mundo del vinagre artesanal.