Eran un fenómeno de masas cuando colocaban su plató en el campo de la fiesta, pero también en la red, donde los «me gusta» se cuentan por decenas de miles. Las verbenas están suspendidas. «Fuerte tienes que empujar», dicen en un tema conjunto subido a YouTube las orquestas. Es su manera de pedir apoyo, ése que antes ya les venía dado.
Será difícil que, por la «nueva normalidad» que impondrá la crisis del coronavirus, vuelvan los «agarrados» a las noches estivales de Galicia, el «cubata» con los amigos en la barra de la cantina o las cenas a base de pulpo, churrasco y sardinas, endulzadas por las delicias que ofrecen las conocidas ‘rosquilleiras’.
Es difícil encontrar a un gallego que, de una manera u otra, no haya disfrutado de todas estas tradiciones, vinculadas por las populares verbenas. Pero, sobre todas ellas, sobrevuela el pesar del público que, probablemente, tardará en ver en directo a todas estas orquestas que amenizan estas veladas de confraternización vecinal.
«Fuimos los primeros en parar y seremos los últimos en volver porque es imposible que en una verbena no haya contacto con la gente», explica a Efe Cirano Núñez, director de El Combo Dominicano, orquesta que tenía previstas 130 actuaciones hasta el próximo 15 de octubre, la gran mayoría en los meses de julio y agosto, en los que «trabajamos casi todos los días».
Con el dinero que facturan en verano «nos mantenemos todo el año», asegura Núñez, que calcula que si la actividad no se retoma en julio «será un desastre», porque si hay un mayor retraso la temporada «ya no valdría la pena» ante las previsibles lluvias del otoño.
Desde la orquesta Panorama, una de las más importantes de Galicia, tienen claro que «si nos dejan salir a actuar, algo haremos», como explica su director, Lito Garrido. En su caso, tenían 150 fechas reservadas entre abril y octubre. «Las pérdidas son tremendas», reconoce.
El escenario es, además, «muy complicado» según Garrido, ante la «inseguridad» en la que se encuentran porque «no sabemos cuándo podremos empezar» y, salvo que sea pronto, temen perder la temporada y apenas generar ingresos hasta la Semana Santa de 2021.
El parón forzoso por el coronavirus, completa el responsable de El Combo Dominicano, les llegó «en el peor momento» porque, como todos los años, todo su presupuesto se invierte en los primeros meses para preparar la temporada estival.
«Estamos todos endeudados y ahogados», reconoce Cirano Núñez. En su caso porque, además, del cambio del escenario y gastos fijos de personal, transporte o locales de ensayo, su orquesta quiso renovar la iluminación y el vestuario de sus integrantes para «potenciar el espectáculo».
Desde diciembre llevaba también trabajando Panorama en su nuevo espectáculo. Solo faltaban quince días para arrancar la temporada y «como todo dios» habían invertido mucho dinero. «Y lo grave será aguantar el invierno», apunta Lito Garrido, que vaticina que lamentablemente alguna orquesta «se quedará por el camino».
El Combo Dominicano genera una treintena de puestos de trabajo directos y estudia presentar un Erte, mientras que Panorama, de la que viven unas 35 familias, ya lo ha hecho. Pero un año sin trabajar, reconocen los responsables de ambas orquestas, «es mucho tiempo».
Confían en que las administraciones «no se olviden de nosotros», ya que como recuerda Cirano Núñez, las verbenas en Galicia «generan una actividad económica brutal» porque son «mucho más» que un evento festivo, «son un patrimonio cultural que hay que proteger».
Ambos tienen claro que, de cara al Xacobeo 2021, la Xunta debería, según el líder de Panorama, «hacer menos festivales con grupos internacionales y que ese dinero quede aquí, para nuestra cultura», protegiendo las verbenas populares. De lo contrario, la Covid-19 «nos sentencia a no trabajar durante un año», añade, tras suscribir todo lo apuntado, el responsable de El Combo Dominicano.
A pesar de esta situación, el director de El Combo Dominicano prefiere mantener un halo de optimismo porque «el viento puede cambiar». Mientras tanto, asegura, las orquestas tratarán de capear el temporal con su actividad en internet y con actuaciones en televisión.
«Estamos todos fastidiados», coincide Merchy Treviño, presidenta de la asociación de empresarios de la verbena gallega (Asevega). A pesar de ello, cree que las orquestas más pequeñas tendrán «más capacidad de resistencia» ante la crisis que se avecina.
No solo porque no arrastran el personal y la infraestructura de las grandes bandas, algo que les obliga a hacer «muchas actuaciones y muy remuneradas». Los organizadores de las verbenas, en muchos casos los propios vecinos, «no podrán juntar tanto dinero como antes», afirma Treviño, por lo que contratarán a estos grupos más modestos para sus fiestas.
A este respecto, desde Asevega han pedido a las administraciones que «protejan» a estas comisiones de fiestas y les den cobertura económica porque «así tendremos trabajo». Eso sí, siempre que las orquestas sean «comedidas» en sueda». Y, reitera, «ser muy prudentes» porque no es fácil vaticinar cuándo entrarán ellos en la «nueva normalidad».