La organización ecologista Adega ha iniciado una campaña, que incluye una recogida de firmas de apoyo, para conseguir que el Pedregal de Irimia, lugar de nacimiento del río Miño -en el municipio lucense de Meira-, sea declarado Monumento Natural y goce de un mayor nivel de protección, porque ahora mismo se encuentra «amenazado» por las plantaciones de eucaliptos.
Esta campaña comenzó el pasado fin de semana en el propio Pedregal de Irimia, con la lectura de un manifiesto en el que se recuerda que es «uno de esos lugares que en la cultura colectiva gallega representan como pocos nuestra identidad como pueblo», porque en él nace «el padre de los ríos gallegos».
Subraya el manifiesto que, a pesar de su valor cultural y natural, «son muchas las amenazas que penden sobre este espacio», como la «degradación paisajística, la plantación de eucaliptos» o «el turismo desordenado».
En cualquier caso, subraya que la principal amenaza «es el olvido», destino de «aquello que no se puede comprar y vender».
«Las entidades y personas que suscribimos este manifiesto nos negamos a que esto suceda. Nos negamos a que el padre Miño se quede huérfano, como un refugiado en su propia tierra, privado de su lugar fundacional», añade.
Los colectivos que firman ese manifiesto reclaman de la Consellería de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio el inicio del procedimiento para que el Pedregal de Irimia sea declarado Monumento Natural, pues «bien merece ese pequeño reconocimiento», un «paraguas legal» que mejore su protección ante «amenazas» como el «expolio, el cemento, los eucaliptos» y, sobre todo, «el olvido».