El nuevo Parador de Costa da Morte, construido en terrazas sobre la ladera de la Playa de Lourido, en Muxía (A Coruña), desvelará el 25 de junio un interior que también se funde con la naturaleza que lo rodea pues constituye una prolongación del paisaje gallego.
Las formas orgánicas, las piedras y la vegetación son los principales motivos que la empresa gallega Sutega ha plasmado en la decoración de sus 63 habitaciones a través del proyecto «Natura», informa este jueves Paradores de Turismo.
Diferentes conceptos, naturales y culturales de la geografía cercana, en especial Muxía, buscan transmitir en cada estancia bienestar y tranquilidad.
Los decoradores han querido «fomentar el conocimiento de la historia del lugar, sus leyendas y mitos y poder empapar a los huéspedes de la cultura del lugar».
Los materiales utilizados son el mismo tipo de piedra y madera de la propia estructura del parador, respetando los tonos neutros y acogedores que ya forman parte de la propia arquitectura.
La gama cromática utilizada en todo el proyecto cuenta con un hilo conductor que hace referencia a los elementos de Galicia y a colores característicos de la zona, desde los tonos del mar hasta la vegetación o los atardeceres.
En sintonía con el lugar que lo acoge, cada habitación ha sido bautizada con el nombre de un paraje de la zona cuya ubicación y leyenda se recogen en una carta náutica.
También las plantas que distribuyen las estancias del nuevo parador poseen su propia personalidad con los nombres de las cuatro rías de la Costa da Morte: Ría de Corcubión, Ría de Lires, Ría de Camariñas y Ría de Corme e Laxe.
La artesanía y las imágenes que engalanan su interior son 100 % gallegas; algunas de las fotografías plasman el paisaje de la migración y el sentimiento que conlleva, recordando el pasado de muchos gallegos que se vieron obligados a buscar lejos un futuro más prometedor.
Otras llevan la firma de consolidados fotógrafos gallegos del siglo pasado, como Ramón Camaño, José Suárez, Manuel Ferrol, José Vidal o Virxilio Vieitez. No falta fotografía más contemporánea, con piezas de Manuel Sendón y Xurxo Lobato, como la icónica imagen del hundimiento del Prestige.
El nuevo parador, el número 98 de la cadena pública, se abrirá al público «con los procedimientos estrictos de higiene y distanciamiento» que ha establecido Paradores en todos sus establecimientos para «garantizar la seguridad de clientes y empleados».
Este edificio vanguardista ha suscitado una gran expectación entre los turistas incluso en tiempos de coronavirus pues, sin haberse revelado todavía su interior, ya está prácticamente completo para el verano, con una ocupación del 98% para el mes de julio y del 93% para agosto.
Es el de la Costa da Morte, de esta forma, el parador con mayor ocupación de toda la red para el periodo estival.
Sus 63 habitaciones distribuidas en diferentes plantas tienen vistas al océano: 54 dobles estándar, cuatro adaptadas a clientes con necesidades especiales y cinco suites.
Ubicado en una parcela de 128.000 metros cuadrados sobre la Playa de Lourido, en Muxía, su arquitectura se concibió para el disfrute del entorno desde todos sus espacios.
El autor del proyecto original fue el arquitecto gallego Alfonso Penela, que ideó un edificio construido en terrazas sobre la ladera con un foco muy especial en el cuidado del medioambiente y el respeto hacia el entorno.
Aunque desde fuera parece más pequeño de lo que es, su interior alberga 15.000 metros cuadrados de superficie habitable, a los que se suman tres hectáreas de terreno que llega hasta el mar, pues desde cada habitación se sale a distintos caminos que terminan en la playa.
Con la sostenibilidad por bandera, toda la electricidad que consume es de origen 100 % renovable y sus habitaciones están libres de plásticos de un solo uso.